[ Pobierz całość w formacie PDF ]
.El amor lo resuelve todo.13Durante los meses sucesivos aprendà más de lo que puedo explicar aquÃ.Me apliqué en mis estudios, prestando incluso atención al gobierno de la ciudad, que me pareció tan aburrido como cualquier gobierno, y leà con voracidad los grandes eruditos cristianos, completando mis lecturas con Abelardo, Escoto y otros pensadores que Marius admiraba.Marius halló para mà una gran cantidad de literatura rusa, de modo que por primera vez pude estudiar por escrito lo que conocÃa sólo a través de las canciones de mis tÃos y mi padre.Al principio, me resultó demasiado doloroso ahondar en ello, pero Marius, con muy buen criterio, impuso su autoridad.El valor inherente del material no tardó en superar mis recuerdos dolorosos, aumentando mis conocimientos y comprensión de la historia.Todos estos documentos estaban escritos en eslavo antiguo, la lengua escrita de mi infancia, y al poco conseguà leerla con extraordinaria facilidad.Me deleitó el Cantar de la hueste de Igor, pero también me encantaban los escritos, traducidos del griego, de san Juan Crisóstomo.Asimismo me fascinaban las historias fantásticas del rey Salomón y el descenso de la Virgen al infierno, unas obras que no formaban parte del Nuevo Testamento aprobado pero que evocaban el alma rusa.Leà también nuestra gran crónica, The Tale of Bygone Years (Historia de tiempos pasados).Leà también Orisson on the Downfall of Russia (Orissón sobre la caÃda de Rusia), y The Tale of the Destruction of Riasan (Historia de la destrucción de Riazán).Este ejercicio, la lectura de mis historias nativas, me ayudó a situarlas en su auténtica dimensión junto con el resto de conocimientos que habÃa adquirido.En suma, las liberó del reino de los sueños personales.Poco a poco comprendà lo sabia que era la decisión de Marius, a quien informaba con entusiasmo de mis progresos.Le pedà más manuscritos en eslavo antiguo, y Marius me proporcionó Narrative of the Pious Prince Dovmont and his Courage (Relato del piadoso prÃncipe Dovmont) y The Heroic Deeds of Mercurius of Smolensk (Las heroicas proezas de Mercurio de Smolensk).Al cabo de un tiempo llegué a considerar esas obras escritas en eslavo antiguo un maravilloso placer, las cuales seguÃa leyendo después de mis clases, para deleitarme con esas antiguas leyendas y componer a partir de las mismas unas canciones llenas de nostalgia.A veces cantaba esas canciones a los demás aprendices, cuando se acostaban.La lengua les parecÃa muy exótica, y a veces la pureza de la música y mi deje de tristeza los hacÃa llorar.Riccardo y yo volvimos a hacernos muy amigos.Él nunca me preguntó cómo era que me habÃa convertido en una criatura nocturna como el maestro y jamás traté de explorar las profundidades de su mente.Por supuesto, no habrÃa dudado en hacerlo en caso de que mi seguridad o la de Marius hubiera estado en juego, pero preferà utilizar mis poderes vampÃricos para disimular mi auténtica identidad ante Riccardo, en quien hallé siempre un amigo leal y entregado sin reservas.En una ocasión pregunté a Marius qué opinaba Riccardo de nosotros.—Riccardo tiene conmigo una deuda demasiado grande para cuestionar nada de lo que yo haga —respondió Marius, pero sin arrogancia ni orgullo.—Eso significa que está mejor educado que yo, ¿no es cierto? —pregunté—.Porque yo también estoy en deuda contigo y cuestiono todo lo que haces.—Eres un mocoso listo y descarado, sà —contestó Marius con una pequeña sonrisa—.Un repulsivo mercader ganó a Riccardo tras disputar una partida de naipes con su padre, que siempre estaba borracho y obligaba a su hijo a trabajar dÃa y noche.Riccardo, al contrario que tú, detestaba a su padre.TenÃa ocho años cuando yo le compré a cambio de un collar de oro.Riccardo habÃa visto lo peor de unos hombres que no se dejaban conmover por la ternura infantil.Tú mismo viste lo que ciertos individuos son capaces de hacer con el cuerpo de un niño para satisfacer sus apetitos.Riccardo, incapaz de creer que un niño de corta edad pudiera conmover o inspirar compasión a la gente, no creÃa en nada hasta que yo le di seguridad, le instruà y le expliqué en unos términos que él podÃa comprender que era mi prÃncipe.»Pero para responder a tu pregunta con más precisión, Riccardo cree que soy un mago, y que he decidido compartir mis hechizos contigo.Sabe que estabas a las puertas de la muerte cuando te revelé mis secretos, un honor que no le he concedido a él ni a los otros, pues considero que podrÃa tener graves consecuencias.Él no pretende compartir nuestros conocimientos.Y está dispuesto a defendernos con su vida.Yo acepté su respuesta.No sentÃa la necesidad de revelar mis pensamientos y sentimientos más Ãntimos a Riccardo, como hacÃa con Bianca.—Siento la necesidad de protegerlo —le dije al maestro—.ConfÃo en que él no se vea nunca obligado a protegerme a mÃ.—Yo también siento esa necesidad —repuso Marius—.Hacia todos ellos.Dios concedió a tu inglés la misericordia de no haber estado vivo cuando regresé y comprobé que habÃa asesinado a mis pequeños pupilos.No sé lo que le habrÃa hecho.El haberte lastimado habrÃa bastado para que yo le matara, pero asesinar en mi casa a dos pobres criaturas movido por su orgullo y su amargura, fue un hecho abominable
[ Pobierz całość w formacie PDF ]