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.Cope hablaba de la carreta que necesitarÃan para transportar el lagarto hasta la estación de tren.Charley intervino:- Puedo ir, mamá, de veras, ¿no?Ma Doppler, levantando la vista de su sobado ejemplar de El doctor eléctico de Beacbs Home, dijo:- No sé, Charley.Eres joven para irte a Filadelfia.- Pero alguien tiene que cuidar de Joe, y el doctor dice que me introducirá en la Academia y podrÃa ir a estudiar.- No molestes a tu madre, Charley -la voz de Johnny era como una lima rascando el frÃo metal de un arma.Cope terminó un esbozo del perezoso prehistórico que habÃa estado describiendo, y se lo pasó al chico.HabÃa dibujado a Charley, reconocible incluso sin la etiqueta escrita con la ilegible letra de Cope, al lado del perezoso para mostrarle la escala.Charley se lo pasó a los demás.- Me gustarÃa cazar eso -dijo Johnny-.¿Dónde puedo encontrarlo?- Me temo que el último murió hace muchÃsimos años.- No cabÃa en el Arca de Noé -dijo Ma Doppler-.Recuerda la Biblia, hijo.Cope sonrió levemente.Sus propias convicciones religiosas le habÃan llevado a descartar a Darwin por lamarckiano y su evolución «mecánica».La puerta se abrió de golpe y Johnny les apuntó con una pistola.Sairie entró con un niño, de edad y sexo indeterminados.Lo levantó para que ellos lo inspeccionaran.- Es el pequeño Johnny, o quizá Sue -aventuró Ma.- Soy la pequeña Kitty -protestó la niña.Sairie dijo:- No juegues con los caballos.Soltó a Kitty, que aterrizó de pie y salió corriendo de la cabaña.Charley se inclinó hacia el asombrado Cope.- Es uno de los hijos de Dave Ojo Encarnado y Kate.Hay unos doce chiquillos Savage.- Dinopaed -murmuró el erudito.Sairie se echó a reÃr, sobresaltando a Cope-.¿Entiende usted griego, señorita Chokecherry?- SÃ, un poco.Charley dijo con admiración:- Sairie asistió a la escuela de segunda enseñanza de San Francisco durante dos años, justo antes de que prohibieran la asistencia de las chicas.Cope meneó la cabeza.La frontera era una fuente de sorpresas.Con las primeras luces cabalgaron hacia la casa del doctor Watson.El homeópata preguntó:- Ya que está aquÃ, ¿necesita alguna medicina?- No, gracias -respondió Cope-.Nunca viajo sin esto.Sostuvo en alto una práctica botella de belladona, quinina y opio.- Bueno, si empieza a encontrarse mal…El doctor tomó un trago de esencia de incienso.Charley guió el camino a través de Watson Crick hasta un pequeño valle.Éste estaba lleno de enormes huesos fosilizados que habÃan sido utilizados para construir una valla y una cabaña.Charley pasó por debajo de un travesaño de la valla -un húmero suspendido entre un montón de vertebrados- y se acercó al cobertizo.- AquÃ, Joe, aquÃ, Joe…Una cabeza triangular asomaba por la puerta de la cabaña.Clavó un ojo fijo en Charley, volvió la cabeza y miró fijamente con el otro.Luego Joe salió de la cabaña, mostrando un cuerpo como un barril, gruesas patas con pies planos y una larga cola que arrastraba, y se acercó pesadamente al chico.Asombrado, Cope contempló al muchacho darle una zanahoria al animal.- Yo mismo las cultivo -dijo con orgullo.- Es… alto.- Tan alto como yo.Los grandes eran dos o tres veces más grandes.Tenga, déle una.Cuidado con los dedos.Cope agarró la zanahoria con cautela.La cabeza de Joe se deslizó hacia él, le arrebató la zanahoria de los dedos y comió feliz mientras Charley ataba un cabestro de cuerda.Sairie se apoyó en un poste de la valla.- Está adelgazando.Charley le pasó una mano por el pelo castaño.- Tienes razón.Le noto las costillas.Tendré que alimentarlo más.Cope estaba examinando los huesos de la cabaña.- Estos fósiles son claramente de criaturas como Joe, sólo que más grandes.Quizá sus antepasados.Cope pasó el resto de la mañana estudiando los huesos, identificándolos, señalando huesos similares en la construcción humana, demostrando las inserciones de músculo y tendón, y remitiendo luego a Joe para confirmarlo
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